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martes, 20 de septiembre de 2016

LA PRIMERA INVASIÓN ARGENTINA AL FUTBOL MEXICANO



Durante la época amateur, la mayoría de los extranjeros que militaban en el futbol mexicano eran de origen español, cubano o costarricense. Los elementos llegados de Sudamérica eran una verdadera rareza, como el chileno Pedro Barra (ex América y Germania) o el peruano Julio Lores, por muchos años estrella del Necaxa.


Así, en la temporada 42-43, última campaña antes del inicio del profesionalismo, solamente estaba inscrito en la Liga Mayor un futbolista argentino: José “Ché” Gómez, quien jugaba en el Marte y había llegado tres años antes procedente del Atlético Corrales de Paraguay. No obstante, para la temporada 43-44, aprovechando que las relaciones entre la Liga Mayor y la FIFA estaban rotas y no había necesidad de pagar por las cartas de los futbolistas importados, la importación masiva de argentinos comenzó.



El Club Asturias, que a la postre sería el campeón, formo un gran equipo con una base de siete futbolistas pamperos: Juan Rodríguez (defensa); Raúl Santizo (medio); José Noguera, José Menendez, Francisco Fandiño, Mario Seavone y Roberto Aballay (delanteros).


El Moctezuma de Orizaba, aprovechando la apertura del mercado sudamericano, se hizo de los servicios de Atenor Medina (defensa), José Cevasco (medio), Julio Cupido y Ernesto “Chueco” Candia (delanteros).



El América, por su parte, también recurrió a dos futbolistas rioplatenses: el defensa Ignacio Díaz y el atacante Florencio Caffaratti.


El Atlas hizo lo propio al contratar a Florentino Palma (defensa), a Eduardo Valdatti (medio) y a Javier Valdiviezo (delantero), mientras que el ADO de Orizaba, buscando no quedarse atrás, contrató a Julio Pisapía (delantero).

Eduardo Valdatti


Un año más tarde, el Club España, viendo fracasado su intento de ser campeón de la 43-44, buscó revancha contratando a uno de los mejores futbolistas argentinos de todos los tiempos: José Manuel Moreno, apodado a raíz de su llegada a tierras mexicanas, como “El Charro”.


Asimismo, los tres nuevos equipos que ingresaron esa campaña a la Liga Mayor: León, Puebla y Oro, también recurrieron a la importación de elementos argentinos.


Puebla adquirió cinco: Juan Ángel “Pito” Pérez (defensa), Bruno Rodolfi (medio, estrella de River Plate), Cecilio Wilson (medio), Eladio Vashetto (delantero) y Ricardo Alarcón (delantero).


Miguel Rugilio

León contrató cuatro: Miguel Rugilio (portero), Antonio Battaglia (defensa), Ángel Fernández (delantero) y el más destacado de todos: Marcos Aurelio Di Paulo.


El Club Oro, por su parte, se haría de los servicios del extraordinario guardameta Luis Heredia (primero en anotar un gol de portería a portería), llegado del San Lorenzo de Almagro.


Los argentinos serían siendo la legión extranjera más destacada del futbol mexicano hasta los años 60, en que fueron desplazados por los brasileños. Sin embargo, pronto retornarían al lugar de privilegio. Actualmente, más de 80 futbolistas rioplatenses militan en el máximo circuito.

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